Los años de vida de Aimee Pérez en México y viajando por la región y el mundo han tenido un impacto cultural en su personalidad. Las antiguas tradiciones, leyendas, mitos y el arte popular de los creadores talentosos peruanos y mesoamericanos resuenan en sus obras de arte. ¿Una realización del principio postmoderno de borrar los límites entre el arte vernáculo y el alto arte? Mucho más. El suyo es el trabajo de un especialista notablemente calificado que se basa libremente en múltiples referencias con el propósito final de compartir sus sentimientos más íntimos. Su arte es la confesión. Identidad que se deriva del corazón, no de la etnia, de lo universal, no de lo limitado. No encontraremos ni una sola partícula de ironía, parodia, desapego. Ofrece los tesoros vibrantes y problemáticos de la psique de una mujer en forma de una belleza sofisticada y austera. No es de extrañar la empatía y la aclamación que cosecha constantemente.